jueves, 26 de mayo de 2011

Literatura

La literatura romana en latín abraza dos partes muy marcadas que son la literatura indígena y la imitada.
  • La literatura romana indígena ha dejado muy pocos vestigios y sólo nos ofrece fragmentos, que proceden del origen de Roma y ensayos de arcaísmos que proceden fundamentalmente de tiempos de la República, de los emperadores y principalmente de los Antoninos.
  • La literatura romana imitada ha producido composiciones en que la inspiración individual se junta a la imitación más feliz, obras numerosas y elegidas que nos han llegado enteras. A veces se ha solido confundir las obras de origen italiano, producciones más toscas del genio agrícola o religioso de los primitivos romanos, con las copias latinas de las obras maestras de Grecia, que ofrecen un encanto, una elegancia y una suavidad correspondientes a una civilización culta y refinada.








Representantes


Virgilio
Máximo poeta latino, conocido como el Cisne de Mantua. Fue protegido por Augusto.
Obras: “La Eneida”, “Geórgicas”, “Églogas” y “Bucólicas”.


Horacio

Poeta del amor y la felicidad.
Obras: “Odas”, “sátiras”, “epístolas”.


Ovidio
Expone delicadamente la ciencias del amor.
Obras: “El arte de amar”, “Los amores” y “Metamorfosis”.


La época dorada de la literatura romana se vivió en el siglo I a.C, y particularmente en la convulsa etapa de las guerras civiles y la instauración del Imperio bajo Augusto. En esa etapa coincidieron Virgilio, autor de la Eneida; Ovidio, que escribió Las Metamorfosis; Séneca, uno de los mayores filósofos de Roma; Horacio, Marcial, Juvenal y algunos otros. Algo posterior es Plinio el Joven, cuyo legado científico y naturalista fue comparable a su calidad literaria. Más adelante es obligada la referencia a Suetonio, autor de “Las vidas de los doce césares”, una obra capital para los historiadores de los inicios del Imperio Romano.


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